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Hepatitis no infecciosa en un canino

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Hepatitis no infecciosa en un canino

Olivia Hoover | Editor | E-mail

Video: Hepatitis no infecciosa en un canino

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En su aspecto más básico, la hepatitis es una inflamación del hígado, el primer órgano en el cuerpo de su cachorro que entra en contacto con toxinas. Ocasionalmente, un perro contraerá el adenovirus canino, CAV-1, causando hepatitis. Afortunadamente, la hepatitis infecciosa es rara en perros, gracias a las vacunas. Sin embargo, Buddy aún puede contraer hepatitis no infecciosa.

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Hígado de Buddy

El hígado de Buddy juega un papel vital en su salud. Este importante órgano filtra las toxinas y tiene un papel importante en el almacenamiento de energía y la regulación del metabolismo. También ayuda en el proceso digestivo produciendo bilis. El hígado de un perro tiene una gran capacidad de reserva, lo que significa que generalmente está gravemente dañado antes de que vea signos de problemas.

CAH

La hepatitis crónica, también conocida como hepatitis crónica activa (CAH) o enfermedad hepática inflamatoria hepática crónica, se produce cuando el hígado de un perro se inflama. A medida que la enfermedad progresa, el hígado se cicatriza de manera irreversible, y finalmente causa la muerte de los tejidos del hígado. La condición es poco conocida y la causa es desconocida o idiopática. La mayoría de los perros que sufren de CAH son de mediana edad o mayores, aunque un perro de cualquier edad es vulnerable. La enfermedad hepática es crónica si la condición ha estado presente durante semanas o meses; la hepatitis aguda es una inflamación que dura unos pocos días. Un perro con CAH tiene insuficiencia hepática.

Síntomas tardíos

A diferencia de la hepatitis infecciosa, donde la causa de la enfermedad es conocida y prevenible, la hepatitis crónica tiene una variedad de posibles contribuyentes, pero no se conoce una causa específica. Se sospecha que las toxinas, el cáncer, las infecciones y las drogas desempeñan un papel en el desarrollo de la enfermedad. La gran reserva hepática de Buddy significa que se deben destruir hasta tres cuartos de su tejido antes de que falle. Desafortunadamente, cuando se observan los síntomas de CAH, la enfermedad generalmente ha progresado hasta el punto en que el hígado se ha dañado irreversiblemente.

Síntomas y diagnóstico

Debido a que el hígado realiza tantas funciones, hay muchos síntomas potenciales de CAH. Los signos comunes incluyen vómitos, diarrea, pérdida de apetito y letargo. Buddy puede beber y orinar más, tener un vientre distendido, experimentar dolor o sensibilidad en el abdomen y tener una apariencia ictérica en la piel, las orejas, las encías y el blanco de los ojos. Los signos neurológicos, como convulsiones, coordinación deficiente, depresión y desorientación están ocasionalmente presentes. Si el veterinario sospecha que Buddy tiene problemas hepáticos, confirmará el diagnóstico con análisis de sangre, radiografías y tal vez, una ecografía abdominal. Las imágenes pueden mostrar un hígado pequeño, lo cual es normal para un perro con CAH. Algunos veterinarios prefieren confirmar definitivamente la CAH mediante una biopsia hepática realizada quirúrgicamente, que proporciona información sobre el tipo y la gravedad de la enfermedad hepática, así como sobre el pronóstico y las opciones de tratamiento.

Tratamiento

La hepatitis aguda tiene una mayor probabilidad de recuperación total que la CAH. Como CAH está "activo", significa que las células mueren continuamente, lo que significa que hay un mal pronóstico. Si Buddy ha sido diagnosticado con CAH, el objetivo del tratamiento será detener el progreso de la enfermedad, garantizar que tenga una nutrición excelente y otro apoyo para su hígado, y mantenerlo lo más cómodo posible para brindarle una buena calidad de vida libre de dolor. Si se puede determinar la causa de la disfunción hepática, se abordará. Un perro con complicaciones agudas puede necesitar hospitalización para terapia de fluidos y transfusiones. Si el estómago de Buddy se ve afectado, es posible que necesite medicamentos para calmar el revestimiento del estómago.

Por Betty Lewis

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