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Hablemos de pancreatitis en perros

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Hablemos de pancreatitis en perros
Hablemos de pancreatitis en perros

Olivia Hoover | Editor | E-mail

Video: Hablemos de pancreatitis en perros

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Fotos de: Phaedra / Flickr

Una enfermedad que es difícil de digerir, la pancreatitis en perros requiere un cambio total en el estilo de vida y un control cuidadoso.

A lo largo de los años, nuestras mascotas han llegado a ocupar un lugar especial en nuestra familia y, como tal, nos hemos sintonizado con sus estados de ánimo, sus preferencias y cuando no se sienten a la altura. A pesar de nuestros esfuerzos para garantizar que disfrutan de una dieta sana y equilibrada, las golosinas especiales a veces pueden colarse en el plato del perro y estas tan frecuentes indulgencias pueden volverse problemáticas. Si bien la investigación aún está tratando de confirmar por qué algunos perros están afectados y otros no, las comidas grasas como la grasa de tocino o los restos de la mesa pueden desencadenar una condición conocida como pancreatitis. La pancreatitis en perros ocurre cuando el páncreas, un órgano cerca del estómago que ayuda a digerir los alimentos y controla el azúcar en la sangre, se inflama. Y para los perros que ya tienen sobrepeso, tienen diabetes o epilepsia, el pronóstico puede ser pobre.

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¿Qué causa la pancreatitis en los perros?

Nuestro páncreas es responsable de producir hormonas como la insulina y las enzimas que se necesitan para la digestión de los alimentos. La pancreatitis es causada por un aumento en la secreción de la enzima, típicamente como resultado de un estímulo como las golosinas o los restos de mesa antes mencionados, pero también por trauma, drogas o toxinas.

Cuando las enzimas digestivas de su perro se liberan demasiado rápido, comienzan a actuar sobre el páncreas real en lugar de los alimentos que normalmente digerirían. La inflamación resultante puede ser "aguda" (repentina) o "crónica" (recurrente) pero una vez que comienza el proceso, no puede corregirse y requiere una visita inmediata a su veterinario.

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Por qué algunos perros son propensos a la pancreatitis, mientras que otros no lo son, aún se desconoce. Los expertos han identificado razas como Schnauzers Miniatura, Cocker Spaniel y Terriers como más susceptibles junto con perros mayores o con sobrepeso y aquellos con enfermedades gastrointestinales previas. Sin embargo, también puede ser idiopático, lo que significa que no hay una causa obvia.

Síntomas y tipos de pancreatitis en perros

De forma similar a otras afecciones estomacales e intestinales, la pancreatitis en perros puede presentarse como vómitos, diarrea, pérdida de peso, fiebre, deshidratación y simplemente una falta general de energía. Los vómitos son el síntoma más común, pero si su mascota ha exhibido alguno de estos signos durante más de 24 horas o si se repiten, es hora de que lo revisen.

Es una enfermedad compleja y, aunque los perros por lo general se recuperan de los casos leves, en la forma "aguda" puede ser fatal, provocando una acumulación de líquido en el tórax, el abdomen y la insuficiencia renal aguda. La forma "crónica" o recurrente de pancreatitis puede estar presente aunque no haya signos clínicos de la enfermedad.

En algunos casos, el daño causado por la pancreatitis puede provocar diabetes que puede ser temporal o permanente según la gravedad del daño.

Opciones de tratamiento y prevención

En un mundo ideal, su veterinario podría hacer un diagnóstico basado únicamente en los síntomas. Normalmente, esto requeriría análisis de sangre o un ultrasonido, y si se determina una causa real, como una reacción a un medicamento o a la dieta, puede ser tan simple como sacar a su mascota del medicamento o ponerlo en un alimento con receta.

Sin embargo, hay ocasiones en que un diagnóstico puede ser no concluyente, lo que significa que no hay un tratamiento claro. En esos casos, el objetivo es mantener a su mascota lo más cómoda posible hasta que pase el ataque. Esto puede incluir alimentos, agua o medicamentos por vía oral para que el páncreas tenga tiempo para descansar y, en el caso de perros con casos graves, es posible que se requiera una hospitalización con líquidos por vía intravenosa.

Una vez en casa, su perro deberá mantenerse hidratado y puede requerir analgésicos y medicamentos para ayudar a aliviar las náuseas y los vómitos.

Cuando su perro comience a comer nuevamente, es hora de adoptar un enfoque de "amor duro" para su dieta. El veterinario puede recomendar un formato bajo en grasa y fácil de digerir, y debe considerarse un enfoque a largo plazo, si no de por vida, para garantizar que continúe siendo parte de su familia por muchos años más.

También deberías considerar intercambiar golosinas con golosinas en forma de actividad favorita … ¡y asegúrate siempre de asegurar la basura de tu cocina para mantener a raya a esas mascotas de autoayuda!

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