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Autismo en perros: ¿mito o motivo de preocupación?

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Autismo en perros: ¿mito o motivo de preocupación?
Autismo en perros: ¿mito o motivo de preocupación?

Olivia Hoover | Editor | E-mail

Video: Autismo en perros: ¿mito o motivo de preocupación?

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Fotos por: domingos Fotografía / Shutterstock

No es ningún secreto que compartimos muchas similitudes con nuestros mejores amigos de cuatro patas. Pero, ¿y las enfermedades mentales? ¿Pueden los perros tener autismo?

Los perros son susceptibles a diversas enfermedades que afectan a sus dueños, como la diabetes, la artritis, el glaucoma o la epilepsia. Cuando se trata de la salud mental, el tema de las condiciones compartidas se convierte en un tema más complicado, ya que en los caninos, estos problemas son mucho más difíciles, si no imposibles, de diagnosticar.

A pesar de eso, después de muchos estudios, ahora sabemos que los perros pueden tener trastornos como ansiedad, TOC o depresión, al igual que sus compañeros humanos. Entonces, ¿qué pasa con el autismo? Según los científicos, los caninos pueden tener síntomas similares al autismo, pero llegar a un diagnóstico definitivo es cualquier cosa menos un proceso directo. Esto es lo que sabemos:

Definición y Síntomas del Autismo

Según la clínica Mayo, el autismo es un trastorno del espectro que afecta la capacidad del niño para comunicarse e interactuar con los demás, e incluye comportamientos obsesivos y repetitivos. En perros, los síntomas de tipo autista incluyen:

  • comportamiento repetitivo (a menudo en trance)
  • episodios agresivos repentinos
  • tendencia a las fobias

Un estudio publicado en una revista llamada Transitional Psychiatry reveló que los perros pueden presentar síntomas consistentes con el autismo. En este caso, los sujetos del estudio fueron Bull Terriers, que fueron elegidos por su comportamiento específico de raza de persecución repetitiva de la cola. Los investigadores pudieron establecer paralelismos en los síntomas del comportamiento, pero lo que es más fascinante es la presencia de biomarcadores específicos tanto en los perros afectados como en los autistas. Aunque todavía es temprano para decir que tenemos pruebas definitivas de que los perros pueden tener autismo, teniendo en cuenta estos hallazgos, es algo que vale la pena investigar.

Vacunas- ¿Deberías preocuparte?

Últimamente, ha habido un debate considerable sobre el autismo en los perros, pero por todas las razones equivocadas. Parece que algunas personas creen que las vacunas contra enfermedades graves como el moquillo, la leptospirosis, la gripe canina y la rabia pueden de alguna manera causar autismo canino.

Esto, sin embargo, es absolutamente falso. Numerosos estudios científicos han demostrado, una y otra vez, que las vacunas no tienen conexión con el autismo, y el caso es el mismo con los perros. No solo saltarse las vacunas no ayudará a su perro, pero en realidad puede dañarlo gravemente, ya que los hace vulnerables a diversas enfermedades, a menudo mortales.

El veredicto sobre el autismo canino

Si bien no ha habido ningún estudio definitivo que pueda demostrar que los perros pueden contraer autismo, hay algunos indicios de que nuestros bebés peludos pueden verse afectados por este trastorno.

La investigación realizada sobre bull terriers ha allanado el camino para más estudios y, con suerte, obtendremos algunas respuestas en el futuro cercano. Actualmente, todos los ojos están en un estudio llamado Caninos, niños y autismo: descifrar comportamientos obsesivos en caninos y autismo en niños intentará identificar los genes responsables de las conductas obsesivo-compulsivas en perros de pura raza. Teniendo en cuenta que los humanos y los caninos comparten el 84 por ciento de su ADN, el éxito podría ayudar al tratamiento de los niños y los perros afectados.

Si su perro se está comportando de manera atípica, no significa necesariamente que tenga autismo. Hay numerosos problemas de salud (mental y físico) que podría causar ataques repentinos de agresión, así como comportamientos obsesivos y repetitivos. Antes de saltar a cualquier conclusión, lo mejor es hablar con su veterinario. Con su ayuda, podrá llegar al fondo de los problemas de su mascota en muy poco tiempo.

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