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Enfermedad de pérdida canina

Enfermedad de pérdida canina
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Olivia Hoover | Editor | E-mail

Video: Enfermedad de pérdida canina

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La enfermedad de pérdida canina, también conocida como leishmaniasis visceral, es una enfermedad infecciosa mortal transmitida por moscas de arena y por transmisión directa de perro a perro. La infección generalmente se adquiere después de que una o más moscas de arena transmiten el parásito Leishmania a la piel de un huésped. Tanto los caninos como los humanos pueden infectarse con la enfermedad, que ataca el bazo, el hígado y la médula ósea, y puede ser fatal. Si bien no existe una predilección particular por la edad o la raza, los perros machos son más propensos a desarrollar enfermedad de desgaste canino.

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Historia

Se cree que la leishmaniasis visceral canina se importó a los Estados Unidos: se descubrió que los perros que desarrollaron la enfermedad adquirieron la infección en otro país donde prevalece la mosca de la arena, típicamente España, Portugal y la cuenca mediterránea. En 2000, sin embargo, la infección causó altas tasas de muerte y enfermedad entre los perros de caza en una perrera de Nueva York. Los perros infectados nunca visitaron áreas donde la leishmaniasis es epidémica, y el origen exacto de las infecciones aún permanece desconocido, según el número de marzo de 2006 de "Emerging Infectious Diseases". Hoy en día, la leishmaniasis visceral canina se ha encontrado enzoótica en dos provincias canadienses y 18 estados en América.

Síntomas

El período de incubación desde la infección a los síntomas de la leishmaniasis visceral puede ser de entre un mes y varios años. Los síntomas iniciales suelen ser pérdida de apetito seguida de una pérdida de peso rápida. A medida que avanza la enfermedad, otros síntomas incluyen, entre otros, atrofia muscular grave, diarrea, vómitos, convulsiones, hemorragias nasales, sed excesiva, cojera, inflamación de los ganglios linfáticos, aumento de la micción y lesiones en la piel. La leishmaniasis visceral con el tiempo se disemina por el cuerpo de un perro e infecta la mayoría de sus órganos. La falla renal es la principal causa de muerte.

Diagnóstico

Si su perro comienza a perder el apetito o muestra cualquier otro síntoma de leishmaniasis visceral, llévelo a un veterinario para un examen físico completo. El veterinario llevará a cabo una serie de pruebas de laboratorio, que incluyen un análisis de orina y un conteo sanguíneo completo. Muchas otras enfermedades muestran los mismos síntomas que las de la leishmaniasis visceral y deben descartarse; cáncer, lupus, moquillo y fiebre por garrapata se encuentran entre ellas. Las muestras de tejido del hígado, la médula ósea, el bazo y los ganglios linfáticos de su perro revelarán anticuerpos contra la leishmania y evidencia del parásito.

Tratamiento

La leishmaniasis visceral es resistente al tratamiento y no existe cura permanente. Incluso cuando el tratamiento es exitoso a corto plazo, las recaídas de la enfermedad son comunes. Otro problema son los efectos secundarios del uso de drogas a largo plazo para tratar la enfermedad, que a menudo crea más problemas de salud para el perro y microorganismos resistentes a los medicamentos. Los perros que no están gravemente enfermos generalmente son tratados como pacientes ambulatorios. Pero para los perros que se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan la eutanasia.

Por Liza Blau

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